Cada uno tiene el derecho a decir lo que le parezca.
La tercera cuestión que no me gusta es el macartismo. El macartismo es una cosa de la que los periodistas somos víctimas, nunca victimarios.
Alfredo (Leuco) es un cabrón y expresó de mal modo lo que Lanata, Joaquín o el propio Bravo, habían dicho de un modo más apropiado.
Con independencia de cómo termine esta discusión está pasando algo peor, que es en qué ha derivado esta discusión. Ayer Federico Andahazi planteaba en el programa de Luis Majul que uno no puede ser de Corea del Centro. tenés que ser de Corea del Norte o Corea del Sur. Y que esta pobre chica que leyó una especie de texto en un teléfono en una escena bastante bizarra, era una sicaria de Sietecase.
Ernesto Tenembaun que estaba allí y miraba la escena bastante asombrado, dijo cómo sicaria, será alguien que no piensa como vos.
Me da la impresión que en esta discusión empieza a haber de parte de algunas personas de la envergadura intelectural de Federico Andahazi o del nivel de Luis Majul, gente que empieza con una cuestión bastante macartista. Esta mañana en El Cronista Luis Majul objeta el punto de vista intermedio de Jorge Fontevechia cuando trata ciertos temas.