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El ahora ex funcionario nacional está acusado de ocultar su participación en una empresa radicada en Gran Bretaña dedicada a transferencias de jugadores de fútbol que contó con 1,2 millones de dólares a su nombre en una cuenta en un banco de Andorra.
La renuncia se produce en medio de fuertes cuestionamientos al interior de la coalición Cambiemos como de la oposición.
En el Gobierno habían dejado en manos de la Oficina Anticorrupción la investigación sobre la actuación de Díaz Gillian. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dijo hoy que si la institución que conduce Laura Alonso determinaba que había actuado de manera incompatible con su función, Díaz Gilligan debía "dar un paso al costado". Antes, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, había asegurado que el Gobierno no protegería a ningún funcionario, aunque había aclarado que no se trataba de un hecho "de corrupción" con fondos públicos.
"Nos parece que [Díaz Gilligan] es una muy buena persona, muy buen funcionario, y, como dijo el Presidente, a priori confiamos en nuestra gente. Que presente todos los papeles y después se verá. No habrá protección para nadie, si alguien hizo algo mal, deberá responder a la Justicia, no vamos a apañar a nadie", sostuvo ayer el jefe de Gabinete, en declaraciones a Radio Mitre.
Por su parte, dirigentes del radicalismo y de la Coalición Cívica, que integran el oficialismo, habían sugerido que Díaz Gillian pidiera licencia hasta que se aclarara su situación.