Prensa Chucara

20 de April de 2024

Gerardo Morales, gobernador de Jujuy resultó ser peor que Videla...

Escrita el Domingo 9 de Febrero, 2020
Cuatro años metió presa en una cárcel a Milagro Sala y sus jueces hoy reconocen que no encontraron causas que justifiquen esa atrocidad...¿ Qué dice ese Tratado Internacional o Pacto Internacional sobre los DERECHOS HUMANOS ? Asamblea General de las Naciones Unidas-1966

“Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice”, dice uno de los enunciados comprendidos en el artículo 18 de la Constitución Nacional. Sin embargo el Estado, que es el responsable de mantener las cárceles sanas y limpias, jamás ha cumplido con lo que establece la ley suprema. Por eso los lugares de encierro siguen siendo ámbitos horribles en los que todos los días se violan los derechos humanos, y no es ninguna exageración afirmar que la dictadura nunca se retiró de esos espacios, que desde lo edilicio, las condiciones de detención, la alimentación y los tratos crueles que reciben los presos, se asemejan a un campo de concentración.
Traigo a colación esta reflexión porque en estos días las páginas centrales de los diarios y los programas de TV, hablan una y otra vez sobre los “privilegios” de los que gozan los 10 rugbiers detenidos en el Penal de Dolores por el linchamiento de Fernando Báez Sosa. ¿Qué entienden los medios y la sociedad como privilegios? ¿Estar en una habitación con cinco cuchetas y un baño con inodoro y puerta es un privilegio? ¿No deberían acaso todos los presos poder dormir en un lugar en el que no estén hacinados, tener una cama e instalaciones sanitarias adecuadas, en lugar de inmundas letrinas?
Los movileros de la TV se apuestan frente al penal y describen qué llevan los familiares de los rugbiers en las bolsas de supermercado. Llevan comida y artículos de limpieza. Lo hacen porque tienen más recursos que los familiares de los presos pobres y porque la cárcel no es ni sana ni limpia, como reza la Constitución, y porque la poca comida que llega, es vomitiva, y si el Estado cumpliera con lo que establece la ley, no tendrían razones para hacer eso.
A los familiares de los rugbiers no se los maltrata en las requisas como sucede con el resto de los familiares de los reclusos. ¿Qué es lo que exactamente está mal? ¿Qué ellos no reciban malos tratos o el trato vejatorio que recibe el resto?
Los rugbiers cometieron un crimen aberrante, el más cobarde y cruel que puede haber porque atacaron entre diez a una persona que se encontraba indefensa y la golpearon con toda la saña para matarla. Pero esa no es razón para que ellos reciban el mismo trato. En todo caso, en lugar de andar diciendo que lo suyo es un privilegio, habría que reclamar trato humanitario para todos los presos.
El penal de Dolores tiene lugar para alojar a 370 personas, pero hoy allí hay más de ochocientas. Muchas duermen en el piso o hacen sus necesidades sin un mínimo de privacidad. Todas las cárceles del país están abarrotadas de gente. Muchos de los internos e internas no han recibido condena o su condena no tiene sentencia firme. Muchísimos son víctimas de los tormentos que les propina el servicio penitenciario.
El día en que la sociedad termine de entender que cuando una persona está en prisión, de lo único que debe estar privada es de su libertad y no de otras cosas; el día en que se deje de naturalizar el maltrato y de exigir que se aplique la Ley del Talión de los tiempos de antes de Cristo, tal vez habremos avanzado un casillero en nuestra condición de humanos.








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