Pichetto no se arrepiente de su xenofobia y repudio hacia lo que signifique Popolo; no tiene retorno, por suerte, porque otra traición no la soporta nadie. Caerá en el olvido. En cambio Yoma se piensa que sus agachadas pasan inadvertidas, que mientras él llevaba una vida de privilegios como embajador de Macri, cuatro años en Perú, cobrandoo $ 1.200.000= por mes, aquí el pueblo se moría de hambre. Pero él cree en el olvido y pretende ser otra vez protagonista y no debe nadie sorprenderse cuando en cualquier momento lo critique al gobierno de Macri, al estilo Rúbinsteín, ex-secretario de salud de la Nación, porque ya apareció en medios televisivos, cuando ya no es embajador de Macri, reconociendo que lo de Bolivia fue un golpe de estado ( ahora podemos estar seguros ? ), una payasada que mereció el repudio generalizado porque aparece cuando ya no quedan dudas, tratando de despegarse de los impresentables, de los conspiradores antidemócráticos, tal vez pensando nuevamente en alguna candidatura aparece el actor...