Prensa Chucara

Escrita el Miércoles 29 de Junio, 2022

El asesinato de un trabajador como el chofer camionero Jara es una cachetada más del sistema que contempla la destrucción de normas elementales de convivencia para el pueblo y su democracia.

El horror de comprobar que los asesinos intelectuales son lo más tóxico para la sociedad toda entristece o, mejor dicho, debiera entristecer a 47 millones de argentinos, excepto de la bazofia que desprecia la vida de quienes no pertenecen a una casta que desde aquel genocidio de hace un siglo y medio aprox. mataran a tanto indígena que ocupara la bendita tierra que permitiría consolidar una oligarquía de lo más tenebrosa. Ese horror se verifica en el contubernio de los responsables de los órganos de control estatales con los buscas, delincuentes, mercenarios, sin ideología pero serviles con los intereses de una derecha criminal, más o menos como lo define Pablo Moyano del gremio de camioneros al solidarizarse con la familia del trabajador asesinado por una banda de sinvergüenzas.

En todas las épocas hubo en el Ministerio de Trabajo de la Nación una " burocracia " peligrosa muy cómplice de intereses oscuros que posibilitan hechos como el criminal que termina con la vida del trabajador Jara, porque la norma legal existe para ser respetada por todos los ciudadanos y los órganos de control, en el caso de las organizaciones sindicales, para obligar a respetarlas,pero la confusión es propia de un país del quinto mundo, no del tercero, y cualquier pitecantropus erectus se cree con derechos para invocar una representatividad inexistente y arma un sindicato para actuar en beneficio de tal o cual político sin necesidad de personería gremial ni jurídica, por eso los conflictos que, a veces, terminan en tragedia, por esa indiferencia respecto a los derechos del trabajador, porque arrogarse facultades que la ley otorga sólo a quienes gozan de las respectivas personerías merecería la inmediata detención ordenada por autoridad competente y no habría hechos tan lamentables.

Si se agota la vía asociacional entonces puede recurrirse a esa figura del " autoconvocado ", sin que ello le otorgue facultades de arrogarse personería para negociar, conciliar o reemplazar a las autoridades legítimamente elegidas. De manera que si no se toma al toro por las astas..." algo huele a podrido en Dinamarca "